El jueves 3 de diciembre se estrena Kryptonita, la adaptación de la novela homónima escrita por Leonardo Oyola, en la que la Liga de la Justicia es un grupo de amigos criados en La Matanza. No son los típicos héroes con capa y poderes, pero tampoco son fantasía. Eso queda claro en la obra original y en la película dirigida por Nicanor Loreti (Diablo).
Juan Palomino es Nafta Súper, el Superman que en vez de crecer en Estados Unidos cayó en el conurbano bonaerense. Sus compañeros son los conocidos personajes de DC con una vuelta de tuerca y la argentinidad al palo. Pablo Rago compone al Federico, un Batman hijo de padres separados. Capusotto tiene la misma risa del Joker pero bajo el nombre de Corona.
En una noche desafortunada, Nafta Súper está herido y llega al hospital acompañado por sus amigos. Diego Velázquez es el médico, al que llaman Tordo, que tiene que salvarle la vida mientras afuera hay un operativo policial que tiene encerrados a los justicieros. Sebastíán De Caro interpreta a Ranni, el Jim Gordon de Kryptonita, encargado de hacer salir a los muchachos del Paroissien.
¿Cuando escribiste la novela pensaste en la posibilidad de que fuera una película?
Oyola: No, yo me forje en un taller literario. Mi maestro es Alberto Laiseca, y siempre nos transmitió su experiencia: cuando escribís en lo único en que pensás es en terminar la historia, después podés permitirte fantasear pero sino no lo terminás y te alejás un poco de lo que querías contar. Kryptonita me dio muchísimas alegrías, todavía no lo puedo creer, y esto es el submundo del cine, pero jamás pensé en que se pudiera ver en escuelas, universidades y unidades penitenciarias. Que hayamos ido a convenciones de historietas fue increíble, es otro público que se engancha desde otra lectura. El público comiquero va a enganchar los guiños que hay pero también se va a encontrar con otra cosa que tiene un fuerte anclaje en lo social, y me parece que el cinéfilo también la va a disfrutar de otra manera.
¿Cómo fue ver al elenco interpretando a tus personajes?
Oyola: Me pasó de estar en un par de ensayos y al toque tener que ir a una unidad, leer un capítulo y ya escuchar las voces de ellos. Pero lo más fuerte fue la primera vez que fui al rodaje, la escena de la entrada al hospital, cuando ellos lo cargan a Nafta Súper. Era muy loco, un Scania de frente. Cuando terminaron esa escena fuimos a cenar, después iban a seguir filmando. Con mi mujer estábamos en la misma mesa comiendo con toda la banda de Nafta Súper, y en un momento le dije “decime que no estoy hablando solo”, porque era muy fuerte estar con mis personajes, y encima ellos lookeados. Lautaro (Delgado) seguía en personaje, la seguía haciendo a ella (Lady Di, la Mujer Maravilla trans de Isidro Casanova), me servía ensalada y me decía “¿Así está bien, bombón?”. Pensaba que si estuviéramos allá en Casanova sería tal cual, fue una alegría.
¿Cómo ven el futuro del cine de género en Argentina?
De Caro: A Ramiro García Bogliano (guionista y director) le dije que Kryptonita es Glengarry Glen Ross de Mamet dirigida por Nicolas Winding Refn. Imaginate un campeonato de actuaciones mega comprometidas pero neón y tratamiento visual como si fuera Drive, que tenga un apeal ochentero así. Creo que, hablando del futuro de cine de género, gente como Nicanor, que tiene tanto amor por lo que está contando, puede retomar una tradición que quedó medio trunca, casi que diría de la década del ochenta, y continuarla. Se empezó a hacer desde hace algunos años. A lo mejor lleguemos un poco tarde y en el mundo se empiece a utilizar más una cuestión de géneros híbridos. Puente de espías, la última de Spielberg, es una película de cinco géneros a la vez y un solo género que los engloba, que es el cine clásico de los 40. Ya no tiene sentido hacer algo puro, y en ese sentido Kryptonita es bastante impura, como elogio. Es una película muy poco definible porque no va al lado de Los Vengadores: La Era de Ultrón, y no estoy hablando solo de presupuesto o de ambiciones. Me refiero a lo estético y hasta el pulso narrativo que tiene cuando empieza y ves un tipo en un hospital, poniéndose gotas en los ojos, empezando su noche, transitando con ese timing que tiene la película, que es muy lejano a la histeria de que entre un tipo y tire un rayo mientras otro lo ahorca. Se caga en esos preceptos de la mejor manera posible.
¿Qué expectativas hay para la película?
De Caro: En mi experiencia de rebote, de que me pregunten, de que se genere expectativa, es muy inusual que una película de esta escala, que sigue siendo independiente o pequeña, genere tanto revuelo. Que la prensa remarque que todos somos fans de la película me parece increíble, es algo que no vi nunca. Creo que tiene que ver con que la estrella es la película, es muy difícil de determinar por protagonista, tiene uno literariamente hablando, pero ni siquiera esta subrayado de esa manera. Hay una idea colectiva permanente y se trata de un elenco que disfruta al estar todos juntos. Es como una pandilla en sí misma, y eso en algún punto está favoreciendo muchísimo la expectativa de la gente, porque querés estar o de algún modo ser parte de la película.
(Entrevista completa originalmente publicada en El Lado G el 30/11.)